¿Se imaginan si, al nacer nuestros hijos, en lugar de pañales y ropita de recién nacido, vinieran con un relojito de “horas extras” como regalo a mamá para que el tiempo le alcance a partir de ese día? ¡Sí, esas horas mágicas que todas necesitamos en nuestras vidas desde que escuchamos ese llanto por primera vez!
Sería como una especie de regalo celestial de tiempo que se activa en el mismo instante en que te entregan a tu bebé recién nacido. ¡Las caras de asombro en la sala de partos serían una comedia!
-“¡Felicidades, es una niña preciosa! Y aquí tienes tu tarjeta VIP para el banco de horas extras”. Sin duda alguna, esta escena se convertiría en un giro inesperado y sumamente bienvenido en el teatro de la mapaternidad.
Pero, como bien sabemos, la vida no viene con un manual de instrucciones. En lugar de relojitos mágicos, nos encontramos en la tierra de pañales, biberones, y noches de llantos infinitos. ¿Estamos preparadas? ¡Depende del día o de la noche! ¿Necesitaríamos esas “horas extras»? Sin duda alguna.
Así que, mamás, ajusten sus anteojos de aguante, hagan una pausa en ese malabarismo de tazas de café y biberones, y únanse a esta exploración llena de risas y complicidad. Porque si hay algo que sabemos con certeza, es que, en cada sonrisa, en cada pequeña victoria y en cada desorden inesperado, estamos ganando esas “horas extras” a lo grande, lo que se van acumulando para el futuro.
Fase inicial: ¡Aumentando las Horas Extras!
Si tienes un bebé intranquilo que parece más interesado en explorar el mundo a las tres de la mañana que en dormir: ¡Felicidades! ¡Acabas de ganar algunas «horas extras» en tu jornada laboral de mamá! No solo tienes que cuidar de este pequeño aventurero, sino que también ganas tiempo adicional para mantener tus ojos abiertos y asegurarte de cuidar el vecindario mientras esperas el amanecer y te aseguras de que nadie se robe el Sol.
Incluso, si tu pequeño angelito domina el arte del llanto en todas sus formas posibles, logras competir en una liga superior de «horas extras». Cada lágrima es como una moneda extra para entrar al club de las desveladas. Y aunque tus ojeras se convierten en tu nueva marca de maquillaje, sabes que estás acumulando créditos en el banco de horas extras, una lágrima a la vez.
No me gusta alardear, pero en esta fase tengo un récord con mi primer hijo, el cual lloraba y despertaba a todo el barrio, sumando horas extras incluso para los pobres vecinos que se asomaban por la ventana de sus casas para preguntarme si todo estaba bien con el niño. Creo que la mejor pregunta hubiese sido si todo estaba bien con su mamá, porque yo parecía un zombi a la intemperie que de vez en cuando sollozaba entre gruñidos.
Igual en estos despertares olímpicos, muchas veces hemos tenido que realizar un sprint de 100 metros hacia la cuna en medio de la noche. Eso también merece una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Madres ¡Horas extras por atletismo nocturno de élite!
Fase intermedia: crecimiento y negociaciones
A medida que tus pequeñitos crecen y comienzan a explorar el mundo, las “horas extras” se multiplican. ¿Recuerdas cuando pensabas que cuidar a un recién nacido era agotador? Ahora estás persiguiendo a un niño curioso que parece haber descubierto la fuente inagotable de energía. Cada pregunta, cada risa y cada caída suman segundos y minutos a tu contador de «horas extras». Es como si estuvieras administrando un banco secreto del tiempo en medio de juegos, risas y algún que otro desastre culinario.
Imagina esta escena: Estás negociando con un niño de tres años para que se ponga los zapatos. Parece una conversación diplomática entre líderes de naciones, pero en lugar de acuerdos internacionales, estás tratando de evitar una rabieta en medio de la acera. ¡Horas extras merecidas por habilidades de negociación de nivel experto!
También en estos escenarios cotidianos, de repente nos vemos manteniendo el equilibrio con una bandeja de comida en una mano, mientras cambiamos un pañal con la otra, respondemos un correo electrónico importante ya no sé ni con cuál mano, y atrapamos con los pies un juguete que cae al suelo. Parece una función de circo, pero es solo otro día en la vida de una madre. ¡Horas extra por superar los límites de la multitarea!
Cuando tus hijos dominan la habilidad de preguntar “¿Cuánto falta?” en cada trayecto en auto, justo como el burro de Shrek, estás oficialmente en la fase de multiplicación de las “horas extras”. El berrinche, los pies que no se quedan quietos, el llanto desconsolado, la desesperación. El tiempo se estira y encoge como un acordeón mientras intentas explicar que faltan cinco minutos para llegar a casa, aunque parece que llevan una eternidad en camino.
Igual en este apartado, Emma se lleva todos los premios a la bebé más intranquila que carros y humanos han visto. No lo digo yo, ya está confirmado oficialmente por cada chofer que la conoce.
Y ahora viene la pregunta del millón: ¿Dónde está el juguete que tu hijo juraba que dejó en el sofá? ¿Dónde está el calcetín desaparecido que ya nunca más encuentra su pareja? Las madres nos convertimos en expertas detectives rastreando objetos perdidos en lugares inverosímiles. ¡Horas extras por ser la Sherlock Holmes de la casa!
Fase infinita: la tarea que nunca acaba
De pronto saltamos a la escena de la “Fase Infinita”, ese capítulo en el que reaccionamos y concientizamos que ser mamá es un compromiso para toda la vida. No importa cuán pequeños sean nuestros hijos en este momento, sabemos que las “horas extras” se suman constantemente, ¡y no hay forma de recuperarlas!
¿Recuerdas esas noches interminables cuando tu bebé decide que es hora de jugar en lugar de dormir? Aquí tienes tu primera lección sobre las “horas extras”. Mientras tus ojos luchan por mantenerse abiertos, te das cuenta de que, al parecer, el reloj tiene su propia agenda y las horas de sueño son solo un recuerdo lejano.
Cuando finalmente logras que tu pequeño amorcito se quede dormido, crees que has ganado algunas “horas extras” para ti. ¡Pero no tan rápido! Aparecen las noches de pesadillas, abrazos nocturnos y mil vueltas en una cuna que parece tener espinas, mientras te das cuenta que tu trabajo está lejos de terminar.
La “Fase Infinita” también incluye las discusiones sobre la elección de la ropa. Tu hijo quiere usar una camiseta de superhéroe en pleno invierno, mientras tú tratas de explicar los conceptos de “temperatura” y “abrigo”. Y entonces, una vez más, te das cuenta de que el reloj avanza, sumando “horas extras” a tu día.
Pero no todo es agotador en esta fase. También hay momentos cómicos y tiernos que te hacen ver las “horas extras” de manera más amable. Como cuando tu hijo mayor intenta explicarle a su hermanita lo que es un avión, usando una mezcla de términos inventados y sonidos de motor. Aunque no entiendas ni una palabra, sus ojos brillantes te recuerdan por qué estás dispuesta a invertir tantas “horas extras” en esta aventura.
Así que, aunque la idea de recibir unas “horas extras” junto con nuestros hijos es una fantasía tentadora, la realidad es que cada etapa, cada desafío y cada momento agotador de la maternidad son parte inseparable de nuestro tiempo.
No importa si ganamos “horas extras” durante las noches de insomnios o en medio de una charla sobre dinosaurios a las 6 de la mañana, cada momento es una inversión en amor y crecimiento.
Entonces, mientras seguimos soñando con la posibilidad de que los bebés traigan relojitos de “horas extras” como bonos de compensación, recordemos que cada experiencia, incluso las más caóticas, nos hace acumular momentos valiosos. Porque si algo es seguro, es que el tiempo vuela cuando se trata de ver crecer a nuestros pequeños. ¡Así que aquí estamos, ganando «horas extras» con cada paso en este emocionante y caótico viaje de la mapaternidad! Les abrazo en su Des-madre.
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Ketty
Excelente!!! es una lástima que no da opción de dar me encanta!!! bendiciones para todas las madres del mundo!!!
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Algunas mañanas te levantas más cansada que cuando te acostaste, como si tu cuerpo y tu mente hubieran estado de fiesta toda la noche,...
Horas extras para mamá: manual divertido para hacerle trampa al tiempo
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Ketty
Maravilloso tu manual y manito zurda !!!! bendiciones nuestro sol y mi escritora favorita !!!!7
Annie Delgado Neto
Muy bueno tu «manual»! 👏👏👏Tarjeta Dorada es poco por las «horas extras» jjjj……y las que faltan!! Pero esos Traviesos las merecen!! 💖💞💖 Los amo!! 😘😘😘😘
Yamilka
Esos momentos en la vida de los hijos son únicos e inigualables ese amor y dedicación que les dan los convertira en personas felices y seguras de si mismas
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¿Se imaginan si, al nacer nuestros hijos, en lugar de pañales y ropita de recién nacido, vinieran con un relojito de “horas extras” como...
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Osmara de Jesús
Cuanto diera por estar en esa fiesta, bailar y reír a carcajadas con la tropa activada ♥️
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Osmara de Jesús
Tienes arte para curar y siempre me has ayudado a sanar. Dany y emmita tienen la mejor mamá del mundo y yo la mejor hermana
Ketty
Esa foto me Fascina!!! Emma Watson!!! mi zurda ! mi sol radiante! la niña que siempre me alumbró y me dio vida junto a la luna de su hermano!! maravillosa esta publicación como todas las demás!! bendiciones!!!
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¡Atención! ¡Noticia de última hora! Sé que va en contra de las normas de la comunidad de mamás, pero es hora de revelar algunas...
Ketty
Maravilloso tu manual y manito zurda !!!! bendiciones nuestro sol y mi escritora favorita !!!!7
Annie Delgado Neto
Muy bueno tu «manual»! 👏👏👏Tarjeta Dorada es poco por las «horas extras» jjjj……y las que faltan!! Pero esos Traviesos las merecen!! 💖💞💖 Los amo!! 😘😘😘😘
Yamilka
Esos momentos en la vida de los hijos son únicos e inigualables ese amor y dedicación que les dan los convertira en personas felices y seguras de si mismas
KARE
Ingenioso manual, voto por relojitos de horas extras! ❤️