Periodista Mamarazzi

La maternidad es un viaje lleno de alegrías y desafíos, pero también puede causar un fuerte impacto en la salud mental de las madres. Sin embargo, por la presión social de “hacerlo todo bien” y siempre estar felices, muchas asumimos en silencio estas luchas internas.

La privación de sueño, las hormonas fluctuantes y la adaptación a un nuevo ritmo de vida son factores que pueden afectar el bienestar mental de los nuevos padres. Atravesamos un torbellino de emociones que muchas veces nos arrastra, y nos transporta de la euforia hasta la frustración en apenas segundos. El agotamiento resulta abrumador, mientras que las preocupaciones relacionadas con los hijos no terminan nunca.

En medio de los nuevos cambios, las rutinas que se imponen, y esa pérdida de identidad que se refugia detrás de las ojeras, la nueva mamá se cuestiona si lo está haciendo bien, mientras intenta encontrarse en su nuevo rol y mirarse al espejo sin culpa.

El mito de la “madre perfecta” representa un equipaje muy pesado de cargar. En realidad, cada mamá, papá, o cuidadores de manera general, enfrentan momentos de incertidumbre y agotamiento. Abrazar nuestras emociones, incluso las más difíciles, nos libera de la presión de cumplir con estándares irreales y nos ayuda a priorizar nuestra salud mental.

Las publicidades abarrotadas de madres siempre sonrientes, con sus peinados perfectos, sus vestidos limpios, hogares impecables y bebés tranquilos pueden crear una brecha entre la realidad y la percepción. La lucha por cumplir con estas expectativas puede ejercer una presión abrumadora, afectando salud mental y bienestar emocional.

La mapaternidad está rodeada de expectativas culturales y sociales que a menudo presentan una visión idealizada y poco realista de lo que realmente significa ser padres. Es crucial comprender que estas representaciones idealizadas no reflejan la realidad. Cada madre, padre, e incluso los hijos, son únicos, y las circunstancias varían ampliamente. No existe un camino correcto hacia la maternidad, y no hay un molde «perfecto» al que debas ajustarte. Reconocer y aceptar esta realidad es un primer paso esencial para mantener el bienestar emocional.

Derrumbar mitos y asumir realidades

A menudo, la sociedad presenta una imagen idealizada de la maternidad, lo que puede llevar a expectativas irrealistas y presiones sobre las madres para que se adapten a ciertos estándares. Discutir cómo estas presiones pueden afectar negativamente la salud mental de las madres, y cómo desafiar y desmitificar estas expectativas puede ser muy beneficioso para nosotras.

La mapaternidad es una montaña rusa de emociones, y es válido experimentar momentos de duda o tristeza. El reconocimiento de estas emociones y la búsqueda de apoyo no debilitan la identidad de una madre, sino que demuestran su valentía para enfrentar la realidad.

El proceso de superar las expectativas irrealistas implica un acto consciente de autoaceptación. En lugar de compararte con las imágenes retocadas de la maternidad que se presentan en los medios, es imprescindible buscar la autenticidad en nuestras propias experiencias y celebrar cada logro, por muy pequeño que parezca.

Permitirnos momentos de vulnerabilidad y aceptar que hay días en los que nos sentimos agotadas o frustradas no nos hace mala madre, al contrario, nos ayudan a reconocer que somos humanas, y de este modo nuestros hijos también aprenderán que no tienen que ser siempre perfectos, y que todas las emociones son válidas y forman parte de la vida.

Autocuidado: el camino al bienestar emocional

A menudo, como madres, nos colocamos al final de la lista de prioridades. Sin embargo, atender nuestras propias necesidades no es egoísta, al contrario; resulta esencial. Al practicar el autocuidado, recargamos nuestras energías y estamos mejor equipadas para cuidar de nuestras familias con amor y paciencia.

El autocuidado no es un lujo, sino una necesidad. Dedica tiempo a actividades que te nutran, ya sea leer un libro, practicar yoga suave o disfrutar de una taza de café caliente. Tu bienestar es esencial para el bienestar de tu familia.

Sé que se dice, o se escribe, más fácil de lo que en realidad es. De hecho, este es uno de mis talones de Aquiles desde que soy mamá, lo confieso. Además, para lograr un espacio individual y propio, se necesita contar con una red de apoyo que también sostenga y permita esos cinco minutos de tiempo libre para mamá.

Por eso siempre utilizo el término “mapaternidad”, porque mi esposo y yo somos un equipo perfectamente engranado que siempre trabaja junto, y aunque muchas veces no estamos de acuerdo o tenemos que improvisar en el camino, compartir con él este equipaje es un alivio y un apoyo tremendo.

La práctica del autocuidado y el establecimiento de límites saludables son esenciales en este viaje. Aprende a decir «no» cuando es necesario y a establecer prioridades realistas. No tienes que hacerlo todo ni ser todo para todos. Busca el equilibrio entre tus responsabilidades de madre y tus propias necesidades.

El diálogo interno también juega un papel importante en la superación de expectativas irrealistas. Cuando te encuentres comparándote con otras madres o sintiéndote insuficiente, detén esos pensamientos negativos y cámbialos por afirmaciones positivas. Recuerda que eres única y valiosa, y que tu capacidad como madre no se mide por la perfección, sino por el amor y la dedicación que brindas.

Compartir tus desafíos y emociones con otros puede ser liberador. Busca conexiones auténticas con otras madres que puedan entender tus sentimientos. Al compartir tus propias luchas, estarás contribuyendo a desafiar la imagen idealizada de la maternidad y creando un espacio para conversaciones honestas.

En resumen, superar las expectativas irrealistas es un acto de empoderamiento y resistencia. Abrazar tu experiencia de maternidad tal como es, sin juicios ni comparaciones, te permitirá liberarte de la carga de la perfección inalcanzable. Al priorizar tu bienestar emocional y valorarte a ti misma como madre, estás creando un camino hacia una maternidad más auténtica y enriquecedora.

Por eso es necesario mantener una comunicación abierta y honesta con la pareja y otros miembros de la familia que ayuden a aliviar la carga emocional. Compartir los desafíos y solicitar ayuda cuando sea necesario, fortalece las relaciones y crea un ambiente de apoyo mutuo.

Incluso, a medida que los niños crecen es fundamental educarlos sobre la salud mental de un modo adecuado según su edad. Fomentar la empatía y la comprensión desde la infancia, ayudará a crear futuras generaciones más conscientes.

Salud mental y ayuda: equilibrio sano

Los prejuicios en torno a los problemas de salud mental pueden dificultar que las madres busquen ayuda. Es vital desterrar la idea de que pedir apoyo es un signo de debilidad. Al igual que buscar atención médica para un problema físico, buscar asesoramiento para la salud mental es un acto de valentía y autodeterminación.

Reconocer que estos desafíos son normales y compartidos por muchas madres es el primer paso para cuidar de nuestra salud mental. Romper el silencio sobre las luchas internas nos fortalece y desafía el estigma asociado con los problemas de salud mental. Buscar apoyo profesional es un acto de coraje que demuestra amor hacia nosotros mismos y nuestras familias.

Cada pequeño paso hacia el cuidado de la salud mental merece reconocimiento. Desde tomar tiempo para sí misma hasta buscar ayuda profesional, cada acción contribuye al bienestar. Celebrar el progreso, incluso en los momentos difíciles, fortalece la determinación de las madres por cuidar de sí mismas.

Encontrar apoyo en momentos de necesidad es esencial. Grupos de apoyo, terapeutas especializados y recursos en línea ofrecen un espacio seguro para compartir experiencias y encontrar orientación. Recordemos que no estamos solas en nuestro viaje de maternidad.

A medida que honramos nuestra salud mental, modelamos un valioso legado. Enfrentar los desafíos con compasión y priorizar nuestro bienestar no solo nos beneficia a nosotras, sino que también crea un entorno amoroso y saludable para todos los miembros de la familia.

Aquí te propongo algunas estrategias y actividades prácticas para cuidar la salud mental durante la maternidad

Tiempo para el Autocuidado:  Asigna momentos en tu rutina diaria para dedicarte a ti misma. Puede ser tan simple como tomar una ducha relajante, leer un capítulo de tu libro favorito o meditar durante unos minutos. Recuerda que incluso pequeños momentos de autocuidado pueden tener un impacto positivo en tu bienestar emocional.

Caminar al Aire Libre: Dar un paseo en la naturaleza puede ser una excelente manera de desconectarte y recargar energías. La luz natural y el contacto con la naturaleza tienen efectos positivos en el estado de ánimo y pueden ayudar a reducir el estrés.

Mantén un Diario de Gratitud: Dedica unos minutos cada día para anotar tres cosas por las que te sientes agradecida. Focalizarte en lo positivo puede ayudarte a cambiar tu perspectiva y cultivar una actitud más positiva hacia la maternidad y la vida en general.

Establece Límites Claros: Aprende a decir «no» cuando sea necesario y establece límites saludables en tus compromisos y responsabilidades. Esto te ayudará a evitar el agotamiento y te dará tiempo para cuidar de ti misma.

Practica la Respiración Profunda: La respiración profunda puede ser una herramienta poderosa para reducir el estrés y la ansiedad. Dedica unos minutos cada día para inhalar profundamente durante varios segundos y luego exhalar lentamente. Esto puede calmar tu sistema nervioso y promover la relajación.

Explora la Creatividad: Dedicar tiempo a actividades creativas, como dibujar, pintar, escribir o hacer manualidades, puede ser una forma liberadora de expresar tus emociones y distraerte de las preocupaciones cotidianas.

Mantén Contacto Social: Aunque puede ser difícil en medio de las responsabilidades de la maternidad, mantener conexiones sociales es esencial para el bienestar mental. Programa tiempo para conversar con amigos, familiares u otras madres, ya sea en persona o a través de videollamadas.

Aprende Técnicas de Relajación: Explora técnicas de relajación como el yoga, la meditación o el mindfulness. Estas prácticas pueden ayudarte a reducir el estrés, mejorar la concentración y promover la calma interior.

Encuentra Ayuda Profesional si es Necesario: Si sientes que tus emociones son abrumadoras o estás lidiando con síntomas de ansiedad o depresión, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Un terapeuta especializado en la maternidad puede brindarte el apoyo necesario para abordar estos desafíos.

Recuerda Priorizarte: Cuida de ti misma como lo harías con un ser querido. Recuerda que tu bienestar emocional es esencial para ser una madre fuerte y cariñosa. No te sientas culpable por dedicar tiempo a tu propia salud mental.

Al implementar estas estrategias y actividades en tu rutina, estarás dando pasos importantes para cuidar tu salud mental durante la maternidad. No olvides que eres una persona valiosa y que cuidarte a ti misma también beneficia a toda la familia y te ayuda en el camino para ser una mamá feliz. Les abrazo en este des-Madre.

Sol en periodistamamarazzi

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